XperimentAndo, mucho más que un blog de viajes. ¿De viajes? Hace algo más de un año que tengo una pierna metida hasta el fondo en el mundo de las bitácoras viajeras. He conocido en persona a gente muy interesante, formo parte de una asociación de blogueros e intento estar al día de lo que se cuece en la medida de lo posible. Pero sí, la otra la tengo fuera porque a) no viajo tanto como mis compañeros del sector y b) hago artículos muy personales que no encajan tanto en esta categoría.

Mejor lo explico con una imagen. Sigamos hablando de extremidades: si tengo una pierna dentro de una barrica llena de vino (¿a quién no le gusta el vino? ¿a quién no le gusta viajar?), la otra la tengo completamente libre para: patear la madera, atarme los cordones, quitarme y ponerme el zapato, arrojarlo a la pared o a otro tonel… Mi pregunta ahora es cuánto se puede llegar a hacer cuando una mitad tuya está delimitada, pero la otra es completamente libre para experimentar.

Por eso y porque haciendo este análisis me ayuda a entender el trabajo que hago aquí.

Hoy te voy a explicar cómo desarrollo mi creatividad:

      1. Hago muchas fotografías

        No sólo durante los viajes sino también en mi día a día. Salgo mucho a la calle a pasear con la cámara y puedo hacer cientos de ellas en una tarde, sin un objetivo aparente. Cuando vuelvo a casa las guardo en el ordenador y probablemente tarde varias semanas en mirar lo que he captado. No las toco hasta que se me olvida que las hice y un día las encuentro de casualidad. Eso sí, tengo una carpeta titulada «sin clasificar» en mi disco duro a la que periódicamente le dedico tiempo para catalogar y revelar. En general, cuando me siento a ello no sé qué es lo que acabaré ordenando.

      2. Escribo relatos

        No hace tanto me apunté a un curso de literatura y estoy aprendiendo cómo mejorar la técnica. La mayoría son relatos cortos. Algunos los comparto por aquí, otros los publico en otros blogs o simplemente me los quedo para mí. Los que publico aquí intento que tengan algo que ver con el viaje (como movimiento, como ocio, como viaje interior, como viaje en el tiempo…) La inspiración la encuentro en una simple conversación escuchada al azar, observando una escena mientras estoy sentada en un parque, en alguna experiencia propia, en un libro etc. Una buena idea puede venir en cualquier momento así que siempre llevo papel y boli encima.

      3. Leo

        En internet, en libros, en folletos, en mis notas de viajes. Leo todo lo que puedo y sobre muchos temas, desde narrativa fantástica hasta textos académicos. Soy fan de las bibliotecas, para muestra un botón.

      4. Mezclo todo lo anterior y reviso documentación

        Por ejemplo, de un artículo de recursos humanos me vino la idea de escribir un relato sobre un tipo al que echan del trabajo. Pero en general, de una foto que ya tengo escribo algo; es decir, en mi caso la imagen va antes que el texto. También intento explicar algún detalle de la historia, cultura, tradición etc.

Pongamos como ejemplo práctico de cómo desarrollo esta creatividad en la entrada de hoy. Hace unos días estuve haciendo fotos a Minnie, mi gata que me tiene enamorada. Quería sacarla en el blog —la jodía es guapísima y un gato siempre luce mucho— pero, ¿y cómo encajo yo a Minnie en un blog de viajes? Días más tarde encontré en el ordenador una foto que hice en Toulouse, muy simple pero cargada de significado para mí. Tenía que escribir sobre la emigración de los jóvenes en España.

El siguiente paso ocurre en cuestión de milisegundos: le pondré voz a ella y escribiré algo ficticio para enlazarlo con el tema migratorio.

Et voilà.

Minnie_2014_bcn_009

Sentí mucha pena el día que me dejó sola. Supe que aquel viaje sería totalmente diferente al resto de sus idas y venidas cuando aquella tarde, mientras hacía la maleta, pude oler su tristeza como nunca antes la había sentido. Me dio lástima y quise ayudar de la mejor forma que sé hacer: de un salto aterricé en su regazo para dejarme acariciar. De arriba abajo, por detrás de las orejas, en la barriga, entre las cejas… No paraba de frotar su mano enorme contra mi cuerpo así que después de un largo rato empecé a impacientarme pero, por una vez, guardé bien mis uñas hacia dentro. Era más prioritario calmar su tristeza que aliviar mi instinto. Se iba para no volver.

exilio español

Una mano castellana se agarra a la “calle del exilio republicano español”. No es francés, ni español.

Este cartel está escrito en occitano y lo puedes encontrar en Toulouse. O lo que es lo mismo, es la “lengua de oc”, un idioma romance que surge en el siglo V en el sudeste de Francia y que actualmente lo hablan dos millones de personas, también en algunas pequeñas regiones de España (como el Valle de Arán) e Italia.

Una mano que araña por que le den una oportunidad, allá donde le dejen vivir.

Entre 2009 y 2013 han emigrado casi 220.000 jóvenes españoles, un viaje en muchas ocasiones forzado pero defendido por algunos de nuestros gobernantes como “una buena estrategia”. ¿Por el bien de quién? En un gran porcentaje, la vuelta a la madre patria no forma parte del plan.

Como el occitano, ¿estaremos los jóvenes españoles en peligro de extinción?